Todo maestro del horror tiene su lado cuqui

El artículo de hoy tratará sobre Junji Ito, pero para empezar, habría que dar un pequeño contexto detrás de la decisión de por qué hablaremos sobre él:

El 23 de abril acudimos a la emisión de uno de los capítulos de Calle Friki, donde Kokhe Saeba y la ilustradora Bea Galiano hablaron sobre temas relacionados con la cultura pop, el cine, las series y los videojuegos.

El enfoque de la conversación varió durante toda la charla: los anfitriones hablaron sobre la Japan Weekend y su nueva incorporación en Alicante; la serie de Netflix Arcane (Alex Yee, Christian Linke, 2021) y cómo el videojuego League of Legends está inspirado en Dota, el cual fue un mod de Warcraft III: Reign of Chaos que fue creado en 2003; el estreno de la series de televisión de Fallout y The Last of Us y su buena acogida; y sobre Tim Burton y su supuesta mejor película, Ed Wood (Tim Burton, 1994).

Un fotograma de Ed Wood.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención sobre el podcast fue la sección en la que Bea Galiano le pide al público 3 ejemplos de videojuegos, películas o series para hacer una pequeña ilustración basada en estos. Bea hizo 2 ilustraciones, una de ellas contenía a Ellie de The Last of Us, a Furiosa de Mad Max, y a un gato representando a Junji Ito, el cual será el protagonista de esta practica.

Junji Ito es uno de los mangakas de terror más reconocidos a nivel mundial por obras como Uzumaki, Gyo o Tomie, y significa mucho para mí. El estilo de Ito es conocido por su MUY detallada y perturbadora representación de lo grotesco, así como por su habilidad para diseñar criaturas basadas en la cultura japonesa y en las propias ideas de Junji Ito. Esto se ve reflejado en las incontables historias que el mangaka ha escrito y dibujado, desde globos que ahorcan a la gente a la que pertenece la cara pintada en estos, peces infectados con un virus que salen del mar para andar por la superficie, hasta una maldición basada completamente en la forma de los espirales. Todas las criaturas de Ito están diseñadas con una estupenda habilidad para añadir detalles mediante líneas de tinta, cada una meticulosamente puesta para crear un efecto de oscuridad en cualquier cosa que se proponga. De hecho, rara será la vez que veas una historia de Junji Ito coloreada, a parte de las portadas de sus mangas, los cuales no te preparan para lo que estás a punto de experimentar dentro de estos.

El estilo de Junji Ito y su manera de contar las historias es tan original que es casi imposible de adaptar a la gran pantalla. Se ha intentado hacer una película live-action y una adaptación animada por parte de Adult Swim de Uzumaki (la cual cuenta con el propio Junji Ito como doblador y supervisor, y con Colin Stetson, quien hizo la banda sonora de Hereditary [Ari Aster, 2018], como compositor. Aún está por estrenarse, pero por su tráiler podemos esperar una recreación exacta de su estilo artístico. Solo faltará que consiga adaptar correctamente la historia), dos adaptaciones anime recopilatorias de sus relatos cortos más pequeños, nueve películas live-action de Tomie y una película live-action de Long Dreams. Pero ninguna ha conseguido recrear la técnica de Ito para contar sus historias, ya que este aprovecha al propio lector para generar temor e inquietud en el formato del cómic, utilizando una infinidad de detalles y sobrecargando la obra con tinta para crear ansiedad. Esto no sería posible en otros medios, a parte de que saldría muy caro en la animación, por lo que el efecto no es el mismo.

Fotogramas del live-action de Uzumaki (Akihiro Higuchi, 2000)

Por otro lado, tengo que admitir que soy la persona que proporcionó la idea de que Bea dibujara a Junji Ito, y me sorprendió mucho que dibujara un gato a su estilo, ya que Junji Ito es también conocido por ser un gran amante de los gatos en todas sus formas. De hecho, su manga Yon & Mu: El Diario Gatuno de Junji Ito es una autobiografía donde el propio Junji Ito detalla la vida diaria de sus gatos desde el punto de vista de estos, por lo tanto todo es mostrado de la forma grotesca por la que es conocida el autor, pintándolo también con un toque humorístico, claro está.

El hecho de que Junji Ito pueda dibujar las cosas más grotescas y bizarras del mundo y luego parecer el vecino que te presta el azúcar cada vez que se lo pides me parece algo que debería ser estudiado inmediatamente.

Y es que romper el estereotipo es algo que siempre llama la atención de la gente. Cuando una persona se gana una reputación y es conocido por hacer una cosa en especifico, lo último que te esperas es que esa misma persona contradiga todo lo que la gente piensa sobre ella con una simple frase como "Me encantan los gatos". Junji Ito no es un depravado mental con una obsesión por el gore o lo bizarro, es una persona con una visión artística llamativa y con muchas historias que contar, pero me sigue pareciendo increíble que para demostrarlo haya tenido que romper estereotipos con una simple sonrisa y con un adorable animal doméstico. Sin embargo, he de admitir que hay gente que ha hecho exactamente lo mismo pero siguen siendo personas horribles. Un ejemplo de ello sería la mayor inspiración de Ito, no diré nombres, pero no te recomiendo buscar el nombre de su gato: