Tea for Maude and the Tillerman
Hace nada estuve con un amigo ideando un corto para la universidad. Este trata el tema de la lobotomía y se centra en el terror que provoca el perder la mayor parte de tus capacidades, siendo consciente en todo momento de tu impotencia (todo muy gore). Tras terminar el guion, empezamos a buscar una canción para la escena en la que a la protagonista se le realiza la operación, sin mayor pretensiones que encontrar una que le dé un contraste al momento —similar al de la escena de la oreja en Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992)—. Entonces, escuchando una lista de música antigua sin copyright, encontramos una canción llamada “You're a Builder-Upper” (Will Osborne, 1934). Recuerdo que cuando empezó a sonar le dije algo cómo: “Mira, quiero una que suene justo así para la escena”. Pero de repente comenzaron a sonar las lyrics y parecía que estaba escrita para nuestro corto. Cada frase que soltaba el cantante pegaba más fuerte que la anterior y nosotros no podíamos hacer nada más que alucinar por la suerte que teníamos de encontrar la canción perfecta para la escena.
¿Y por qué os suelto todo este rollo? Pues porque tengo la certeza de que el director Hal Ashby vivió algo similar durante la producción de Harold and Maude (1971).
Pero antes de hablar de su banda sonora, veo necesario hacer una breve presentación de lo que es Harold and Maude. Ya que esta gran película, pese a que en su estreno fuera vilipendiada por la crítica e ignorada por el público, el tiempo la volvió en una obra de culto imprescindible, una la cual tiene uno de los guiones más originales y hermosos del cine. La historia de como Harold —un chico que se divierte yendo a funerales y suicidándose— aprende a disfrutar de la vida, ignorando todas sus ataduras, gracias a Maude —una anciana que ha vivido ya mucho y que aprovecha cada momento al máximo—, es hermosa. Si no has visto Harold and Maude, hazlo. Es de esas joyas imprescindibles que hay que experimentar por uno mismo, y que al menos a mí, su mensaje acerca de lo bella que es la vida me conmovió muchísimo.
Evidentemente, fuera de todo los paralelismos que tienen, la letra de las canciones no fue la única razón por la que Ashby escogió a Cat Stevens para su filme. También se debe al estilo tan característico del artista, el cual compone una música muy relajante y agradable. Sus melodías suaves, junto a la guitarra y voz de Cat Stevens le dan a la película ese ambiente acogedor, para que el público —pese a todos los temas tabú que se tratan en la película— se sienta cómodo al igual que Harold se siente con Maude, la única persona que parece comprenderlo y dejarle ser tal y como es.
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