El ingenio de la escalera

La siguiente práctica se tratará de una crítica constructiva al cortometraje After (Carlos Peris, 2023), uno de los cortometrajes nominados a Mejor Película en el Festival Notodo.



After cuenta, en tan solo 3 minutos y medio, la historia de Carlos (interpretado por el director del cortometraje), un hombre con una inmensa imaginación para responder de la mejor manera en cualquier situación, si no fuera porque su tiempo de reacción es de 10 minutos. 
Es posible que esta situación os suene, todos hemos pasado unos minutos quietos en la ducha mientras imaginábamos como hubiera sido si hubiésemos respondido de forma diferente en una discusión pasada. A esto se le conoce como el "ingenio de la escalera", o l'esprit de l'escalier en francés. El ingenio de la escalera es una expresión de origen francés que se utiliza cuando se te ocurre una forma de actuar diferente a una situación que ya ha ocurrido anteriormente, por lo que ya es muy tarde para realizarla.

Este es el punto de inicio del corto y tema principal de este. Carlos es una persona igualita a nosotros, al contrario que lo que he dicho al principio. No es una persona con una imaginación increíble que lo diferencie de todos los demás, y esto se aplica a las dos situaciones principales que nos presenta el corto: la del bar, y la de la proposición. 

Ya que la escena del bar es simplemente una introducción al cortometraje y al personaje en sí como un hombre introvertido que no se atrevería a responderle de mala manera a un desconocido, me enfocaré en la escena de la proposición.
En esta escena, Carlos intenta responder a la simple pregunta que le presenta la persona con la que quiere comprometerse; en el escenario imaginario, Carlos responde a "¿Por qué quieres estar conmigo?" con la típica respuesta de película romántica, dándonos a entender que esto es un escenario ficticio que se sale de lo ordinario, y que por lo tanto ha funcionado; sin embargo, en el escenario real, Carlos está haciendo el ridículo y acaba yéndose a casa avergonzado, imaginándose el escenario ficticio y gritando enfurecido.


Aunque la estructura narrativa del cortometraje no tenga mucha coherencia, es importante tener en cuenta que la longitud máxima del cortometraje es de 3 minutos y medio. Es exactamente por eso que elogio tanto la habilidad de Carlos Peris para ilustrar una situación tan cotidiana de forma tan especial, como si se tratara de la historia de un personaje completamente especial y original, cuando al final del día, todos somos Carlos. 


Por otro lado, aunque la fotografía no sea uno de los aspectos originales del corto (ni mucho menos), resulta efectivo, y demuestra que Miguel Quesada sabe lo que está haciendo mientras controla la cámara, ya que ningún plano destaca por encima de otros y de hecho nos ayuda a centrarnos específicamente en los personajes antes que en los escenarios o en los detalles del fondo, esto es exactamente lo que quiere el director.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Bud Light

La mangaka que crece en sus viñetas

Cómo suplantar la identidad de Zoe Montilla Gómez: Audiovisuales Esenciales