Las que amo y soy
Los personajes femeninos suelen ser una excusa para introducir una subtrama romántica o un obstáculo para el protagonista. Algunos directores y guionistas no cumplen esta norma, porque no incluyen mujeres en toda la película. Dado esto, no solemos ver a mujeres en la gran pantalla mostrando un gran rango de sentimientos: se suelen limitar a los felices sentimientos románticos y al dolor por la falta de estos, reduciendo la ira de la mujer a un mero chiste y borrando al completo la complejidad de su identidad. Pero, eh, no te pongas histérica que no es para tanto.
Una queja del androcentrismo en el cine podría ocupar dos biblias y una saga de 50 sombras de Grey, así que en vez de analizar lo negativo y darles así más protagonismo a los malos escritores, me gustaría resaltar las obras maestras cinemáticas dirigidas por mujeres que me han inspirado. En concreto, me gustaría hablar de la rabia femenina. Últimamente ganó fama el término “female rage” a través de memes que mostraban a personajes femeninos que transmitían un desquicio total en cuadros o escenas de películas. Es triste lo refrescante que es ver a mujeres sintiendo ira de verdad, igual que felicidad real. Creo que algún factor de nuestra divisiva educación debe programar algo en las jóvenes cineastas que las lleva a dirigir las mejores películas sobre sociópatas sin redención y controvertidas comedias absurdas.
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| fotograma de Saint Maud |
Empezando con las películas más terroríficas, Babadook (Jennifer Kent, 2014) y Saint Maud (Rose Glass, 2019) son un perfecto ejemplo para mi argumento. Ambas películas transmiten terror psicológico a través de personajes extravagantes que, como concepto, parecerían completamente irreales y, sin embargo, están retratadas de tal manera que puedes entenderlas. De esto peca Gone Girl (2014, David Fincher), cuya dirección no consigue mostrarme que los personajes son humanos a pesar de la genialidad de la novela original y guion adaptado de Gillian Flynn. También fue muy necesario el punto de vista femenino para American Psycho (2000, Mary Harron) y The Voices (2014, Marjane Satrapi). Los personajes principales de estas dos películas son excesivos y paródicamente masculinos, añadiéndole a la comedia de ambas. Por otro lado, Fresh (2022, Mimi Cave) y Promising Young Woman (2020, Emerald Fennell) te muestran los puntos de vista de víctimas, con un enfoque más dramático y personal. Debo mencionar también los capítulos Arkangel (2017, Jodie Foster) y Joan Is Awful (2023, Ally Pankiw) de la serie Black Mirror. El ángulo que toma un episodio es incomparable con el otro, pero comparten el mensaje sobre el control, la superioridad y el abuso de la autoridad. Por otra parte, las comedias absurdas también hacen brillar a las directoras. Mis favoritas (en orden cronológico) son But I’m A Cheerleader (2000, Jamie Babbit), Booksmart (2019, Olivia Wilde), Joy Ride (2023, Adele Lim) y Bottoms (2023, Emma Seligman). Puedes desconectar y reírte de la locura, o conectar y sentirte identificada con los personajes, es a gusto de consumidora. Una película algo controvertida que en mi opinión encaja con casi todas las temáticas anteriormente mencionadas es Jennifer’s Body (2009, Karyn Kusama). Esta peli es una comedia over-the-top de terror con mil tópicos y estereotipos, y subversión de algunos de ellos.
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Havana Rose Liu, Rachel Sennott y Ayo Edebiri en Bottoms |
Todos los días intento mantenerme fuerte viviendo en un mundo donde seguir mi vocación es más difícil porque un género ha querido reinar sobre los otros. Aún así, levanto una mirada esperanzada cuando veo que mis películas favoritas están dirigidas por personas que me entienden, que fueron chicas como yo.


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