Estamos acostumbrados a los crímenes perfectos en las películas. Es emocionante ver como en Se7en (David Fincher, 1995) Kevin Spacey logra llevar a cabo su retorcido plan, o como Colombo llega a su deducción magistral, pero en cambio The Death of Dick Long (Daniel Scheinert, 2019) nos propone algo diferente, ¿y si tanto el gato como el ratón del juego fueran totalmente incompetentes? Todo empieza con tres amigos, Zeke (Michael Abbot Jr.), Earl (Andre Hyland) y Dick (Daniel Scheinert) en un montaje de ellos haciendo el gamba al estilo redneck , hasta que, con un corte abrupto, nos encontramos a Dick en el asiento trasero del coche retorciéndose de dolor, al mismo tiempo que los otros le llevan al hospital, allí lo dejan en la entrada agonizando, no sin antes darle varios golpes accidentales en la cabeza y quitarle la cartera. Al día siguiente Dick muere, y será el deber de una policía muy vieja y de su compañera averiguar la historia del John Doe. Durante esta primera s
Hay una cosa (en verdad varias) que diferencia a los cómics del resto de medios artísticos: el exagerado autoinsert , y no me refiero solo a que los dibujantes se proyecten demasiado en sus personajes, sino a que narran directamente su propia vida. Por alguna razón hay una enorme cantidad de tebeos en los que los autores son los mismos protagonistas, si lo comparamos con otros medios como el cine, en el que rara vez hay una película como Adaptation (Spike Jonze, 2002) en la que el guionista es al mismo tiempo el protagonista, las novelas gráficas tienen un número exagerado de ejemplos: Maus (Art Spiegelman, 1986), todo lo que dibuja Zerocalcare, Odio (Peter Bagge, 1990), la obra maestra que es Persépolis (Marjane Satrapi, 2000), etc. Tengo varias teorías del porqué esto es así, todas estas relacionadas con la extensa tradición que tienen los ilustradores de representarse con un avatar (Fujimoto por ejemplo se dibuja como Pochita), con como la mayoría de estos los suele hac
Doy la bienvenida a cualquier persona interesada en la usurpación de identidad de la estudiante llamada Zoe Montilla Gómez. En esta específica parte del manual introduzco las series, películas y otros proyectos audiovisuales necesarios para una creíble imitación de nuestro sujeto. Empecemos por la programación del cerebro primigenio: la infancia. Los padres de Zoe se preocupaban porque ella tuviese un buen nivel de la lengua dominante, así que su mente infantil fue expuesta a la serie El jardín de los sueños (2007) en versión original. Podrías pensar que esta serie es trivial por su naturaleza infantil y onírica, sin embargo, es completamente indispensable tener esta base, pues el ridículo sentido del humor y las fobias desarrolladas con el crecimiento de Zoe dan aquí sus primeros indicios. Si te sientes en paz con tu propia existencia tras ver un capítulo, entonces habrás terminado la primera etapa de este entrenamiento. Ahora, debes aprovechar esta calma para destrozarla complet
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