Bud Light

    Estamos acostumbrados a los crímenes perfectos en las películas. Es emocionante ver como en Se7en (David Fincher, 1995) Kevin Spacey logra llevar a cabo su retorcido plan, o como Colombo llega a su deducción magistral, pero en cambio The Death of Dick Long (Daniel Scheinert, 2019) nos propone algo diferente, ¿y si tanto el gato como el ratón del juego fueran totalmente incompetentes?


    Todo empieza con tres amigos, Zeke (Michael Abbot Jr.), Earl (Andre Hyland) y Dick (Daniel Scheinert) en un montaje de ellos haciendo el gamba al estilo redneck, hasta que, con un corte abrupto, nos encontramos a Dick en el asiento trasero del coche retorciéndose de dolor, al mismo tiempo que los otros le llevan al hospital, allí lo dejan en la entrada agonizando, no sin antes darle varios golpes accidentales en la cabeza y quitarle la cartera. Al día siguiente Dick muere, y será el deber de una policía muy vieja y de su compañera averiguar la historia del John Doe.



    Durante esta primera secuencia ya nos queda claro que Earl y Zeke son idiotas: cometen miles de errores a lo largo de la película, y pese a esto la policía no les pilla. Al final en vez de preguntarte cómo van a resolver el puzle, empiezas a pensar cual de las trescientas soluciones va a ser con la que se den cuenta de lo que está ocurriendo delante de sus narices. 



Además, cuando la cagan sientes que aumenta la tensión, haciendo un efecto de bola de nieve increíble, y esto es así porque no quieres que la justicia les descubra, es decir, se comprende que fue un accidente, y Dick ya está muerto, ya no se puede hacer nada por él. Me da igual Earl, es un gilipollas, pero Zeke no, el tío tiene una familia que ama, y se nota que tiene miedo de que se descubra lo que pasó por si la pierde. Además, se le nota arrepentido: hay una escena en la que se está duchando para quitarse la sangre, y hay un momento en esta en el que puedes ver el horror en su rostro, al mismo tiempo que la paleta de color escogida para la escena hace que se vea rojo hasta el final, mostrando que pese a sus intentos, no puede limpiarse la sangre. Tristemente, tarde o temprano, Zeke tendrá que afrontar todo lo que ha hecho.



También, me parece interesante el cómo retrata la estupidez, ya que no es como las versiones exageradas que de otras producciones, en esta se siente real. En gran parte por la actuación de Andre Hyland, además es curioso su personaje, Earl, me gusta el como pese a todas las maldades que hace, el tipo no tiene malas intenciones, no quiere hacer daño a nadie, simplemente es tan inconsciente que no sabe la repercusión que tienen sus actos, por eso no siente culpa ni casi empatía, hay un momento en el final que refleja a la perfección esa apatía idiota que amo del personaje.



Y bueno, a grandes rasgos es lo que amo de The Death of Dick Long: la estupidez, no solo en los protagonistas, sino en todo, desde el nombre (que es un foreshadowing brutal), hasta la recreación tan fidedigna de uno de los lugares más imbéciles del mundo, las zonas rurales de los Estados Unidos, los otros personajes, hasta el mayor misterio a lo largo de la cinta, que es el cómo murió Dick, tiene una solución idiota, pero al mismo tiempo brillante.


Aunque a parte de la estupidez, la cinta también trata otros temas, por ejemplo la dificultad de entender a las personas es otro muy presente. Esto se demuestra con Zeke, el cual, cuando se revela el gran misterio, cambia la perspectiva que tenemos sobre él, casi todo lo que os he dicho antes de él cambia, ya que ese desconocimiento moral se mantiene.



    Ya para terminar, quiero mencionar la razón por la que he decidido hablar de esta película. Es simple: casi nadie habla de ella y los pocos que lo hacen no les parece nada del otro mundo. otra Fargo (Joel Coen, 1996) más, y no concuerdo para nada. Hay cosas interesantes en ella, y esta dirigida de una forma brillante. No es para menos, el director es un Daniel, dale la oportunidad a esta tontería, vale la pena.

    La mejor forma de acompañar esta película no es con un cóctel: eso es muy elaborado para esta cinta. Si quieres empatizar mejor con los personajes hay que acompañarla con cerveza Bud Light, mucha Bud Light, la cerveza estadounidense por antonomasia.

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