Silent Serenity

 La recomendación de esta semana es:


El bullying es un tema que se ha abordado una y mil veces en las escuelas de todo el mundo. Todos hemos tenido alguna vez una clase dedicada a la prevención de abusos en el colegio o en el instituto, una clase a la que pocos niños prestaban atención. Pero en estas clases nunca se explican las repercusiones que tiene el bullying, no solo en la vida de la víctima, sino en su entorno. A Silent Voice (Naoko Yamada, 2016), animmada por el estudio Kyoto Animation y basada en el aclamado manga de Yoshitoki Ōima (autora también de To your eternity, un manga aún en curso, al que recientemente se le ha concedido una adaptación animada), muestra a la perfección el eterno ciclo de sufrimiento que provocan los abusos en la infancia y lo cobarde que es el ser humano por naturaleza.


¿Qué pasa en una clase de primaria cuando viene un niño que es diferente a ellos? Causa revuelo, curiosidad y, muchas veces, bullying. Shouko Nishimiya es una niña sorda que llega al colegio de nuestro protagonista, Shoya Ishida. Él y sus amigos empiezan a jugar con su nueva compañera y, curiosos por su condición, empiezan a probar los límites de su sordera. Esto llevará a una serie de abusos que perseguirán a los protagonistas de por vida, al menos hasta que se vuelven a encontrar años después. Shoya tomará esa coincidencia del destino como una oportunidad para enmendar sus errores y compensar a Shouko.



Ganadora del premio a la mejor película de animación en los Tokyo Anime Award de 2017 y nominada a mejor película en los Premios de la Academia de Cine Japonesa, esta película muestra la cruda realidad de las secuelas que pueden dejar los traumas. Muestra que nuestras palabras y acciones pueden tener un gran impacto en la vida de otras personas, muestra que aunque todo vaya bien, en tu cabeza puede seguir habiendo una tormenta, y puede que tarde mucho en irse. Esta película muestra personas complejas, imperfectas e inseguras que solo quieren hacer las cosas bien; personas que quieren ayudarlas a seguir adelante y no rendirse en seguir viviendo; y personas que ven todo pasar sin intervenir. En conclusión: creo que todos deberíamos ver A Silent Voice al menos una vez en la vida porque, además de un mensaje y una trama increíbles, la animación es inmaculada y la actuación de voz pone los pelos de punta, además de proporcionar una gran representación de la comunidad sorda o con discapacidad auditiva. Muchos personajes utilizan el idioma de signos japonés a lo largo de toda la película, y la actriz de voz de Shouko es sorda en todos los idiomas a los que se ha doblado.  



Oh, es verdad, tu bebida. ¿qué mejor que un sabor agridulce para acompañar a esta bella obra maestra en la que se llora y se sonríe a partes iguales? Hoy me siento generosa, así que te daré la receta del Silent Serenity, la dulce y refrescante brisa que te llega al corazón...y al hígado:

  • 1 1/2 oz de ginebra

  • 1 oz de licor de flor de saúco

  • 1/2 oz de jarabe de miel

  • 1/2 oz de jugo de limón fresco

  • Clara de huevo (opcional)

  • Cubitos de hielo

  • Rodaja de limón para decorar



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